sábado, 20 de noviembre de 2010

Dolor y sufrimiento.

Sufrir es cronificar el dolor. Es transformar un momento en un estado permanente, para no caer en su olvido, para no hacer ápice de renuncia a ello, para no soltarlo substituyéndolo por el sufrimiento es siempre una enfermiza lealtad hacia lo ausente. El sufrimiento es racional, aunque no inteligente, induce a una parálisis, hace reclamo de compañía, pero no como típico consuelo, si no porque requiere de testigos.
El dolor, sin embargo y por el contrario, es silencioso, solitario, implica mera aceptación, estar en contacto con lo que sentimos, en y con coherencia, con el vacío que dejó la ausencia. El sufrimiento pregunta el ¿Por qué?, aunque sabe que nunca ninguna repuesta llegará a conformarse. En cambio para el dolor, se acabaron las preguntas, el dolor siempre tendrá su final y quizás el sufrimiento no podría terminar nunca.

-tt-

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